Adoptar un perro policía jubilado

  • La asociación Adopta K9 trata de encontrarles hogar cuando se jubilan
  • El proceso de adopción tiene tres fases muy concretas que han de cumplirse

No llevan placa ni pistola, pero son una parte importantísima de la Policía Nacional. Los perros del cuerpo son uno de los elementos más conocidos de la institución y necesitan de nuestra ayuda después de sus años de trabajo.

Una vez los perros alcanzan una determinada edad y llega el momento de que se jubilen, también aparece un problema: ¿cómo conseguirles casa y cariño hasta el final de sus vidas? La asociación Adopta K9 es una de estas opciones para poder cumplir con una buena obra y devolver, al menos durante unos años, los favores que estos peludos de cuatro patas han hecho a la sociedad.

La organización se integra dentro de la asociación sin ánimo de lucro Policía K9 y tiene como objetivo ayudar a encontrar familia para los perros policía jubilados y también de otras ramas como unidades de rescate o bomberos. Para ello, se compone de un representante de cada una de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de las diferentes delegaciones repartidas por España.

¿Cómo se puede adpotar un perro policía jubilado?

La propia Adopta K9 explica el procedimiento, que tiene tres fases:

-La primera de ellas es solicitar formalmente la adopción, lo cual se hace rellenando un formulario disponible en la página web de la organización. En él no solo habrá que dar nuestra información en forma de datos, también habrá que explicar qué intención tenemos respecto al futuro con el perro en cuestión, todo con la idea de priorizar siempre el bienestar del animal.

-La segunda empieza con una entrevista telefónica que solo tiene lugar si la información aportada en el cuestionario anterior es correcta. En esta entrevista se profundiza un poco más sobre lo comentado en el formulario y, si procede, se acuerda una visita al domicilio de la familia o persona que quiera adoptar al perro. Con esto se pretende garantizar que el animal estará en unas perfectas condiciones en su nueva casa.

-La tercera y última fase es la adopción propiamente dicha, que se realiza con la presencia del guía canino y representantes de Adopta K9. Si fuese necesario, la organización pone a disposición de la nueva familia del perro la ayuda de un adiestrador profesional que puede dar indicaciones sobre cómo comportarse con el animal y qué es lo que le gusta y lo que no. Una especie de ayudante para que la transición del perro a un nuevo hogar no sea problemática.

Para aquellos casos en los que las personas o familias en cuestión no puedan adoptar un perro pero estén dispuestas a ayudar, la organización facilita un apartado de donaciones en el que se puede ayudar  económicamente para poder comprar comida, alojamientos, vacunas…

Además, también se pueden ejercer labores de voluntariado e incluso participar en una Tienda Solidaria que recauda dinero para estos peludos.

Reportaje: El Economista

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