- Los arrestados se repartían las funciones para que el grupo criminal lograse distribuir la droga al “menudeo”
- Se realizaron cuatro registros domiciliarios donde además de la droga se intervinieron casi 4.000 euros de dinero en efectivo y un vehículo de alta gama
- El líder de la trama se resistió activamente a su detención usando un perro potencialmente peligroso contra los agentes alguno de los cuales fue mordido por el poderoso can
- Tres de los detenidos han sido ingresados en prisión
Agentes de la Policía Nacional han desarticulado un punto negro de venta de drogas al menudeo consiguiendo detener a los seis integrantes del grupo criminal que lo explotaba llegando a incautar, 5.818 gramos de cogollos de marihuana, 6.930 gramos de hachís en tabletas y 153 gramos de hachís en bellotas en cuatro registros domiciliarios practicados, además de 3.665 euros en efectivo y un vehículo de alta gama.
La investigación se inició en torno a un domicilio ubicado en el barrio de Carolinas Altas de Alicante, desde donde el principal objetivo del grupo criminal vendía sustancias estupefacientes al menudeo.
Los agentes, a través de un dispositivo de vigilancia discreta efectuado en torno al investigado pudieron ver cómo, cuando éste se encontraba en el interior del supuesto punto de distribución de la droga, había un trasiego inusual de personas que, tras llamar al timbre, accedían al edificio y pocos minutos después volvían a salir del mismo, algo que confirmaba las sospechas de los experimentados investigadores sobre la existencia de lo que se conoce como punto negro de venta de sustancias estupefacientes.
Sin embargo, las medidas de contra vigilancia que el investigado solía adoptar, hizo que la investigación se dilatase en el tiempo, debiendo los agentes actuar con más cautela para evitar ser detectados por el correoso principal investigado.
Durante las investigaciones, los agentes pudieron ver cómo algunas veces el investigado llegaba a distribuir la sustancia estupefaciente desde un vehículo de alta gama que estacionaba en las inmediaciones del domicilio y que solía conducir habitualmente.
El curso de las vigilancias permitió detectar a más participantes del grupo de distribución de droga, como fue el caso de una mujer que desde un domicilio cercano se desplazaba en un patinete discretamente hacia el punto de distribución con una mochila con la cual accedía al edificio y posteriormente salía del mismo sin ella, a continuación de lo cual, la afluencia de presuntos compradores de sustancias se incrementaba notablemente, uniendo este hecho con una antigua línea investigativa sobre una información que los agentes manejaban.
Las pesquisas guiaron a los agentes hasta el domicilio donde esta mujer, junto con su pareja, se encargaba de custodiar la sustancia estupefaciente y transportar diariamente la cantidad necesaria para ser vendida ese día desde allí hasta el punto de distribución gestionado por el líder de la organización.
Otro de los investigados en la trama, fue identificado por los agentes como quien presuntamente cultivaba y proporcionaba posteriormente marihuana al líder de la trama para ser vendida desde el punto de distribución desmantelado.
Así las cosas, una vez identificados todos los integrantes del grupo criminal, los agentes llevaron a cabo la explotación de la operación, practicándose cinco registros domiciliarios donde se incautó la droga y el dinero en efectivo, además de conseguir detenerse a cinco de los investigados, siendo detenido el último de ellos días después.
Durante las detenciones, el cabecilla de la trama, se resistió activamente a su detención e incluso utilizó un perro de presa para intimidar a los agentes, el cual llegó a morder a varios de ellos durante la intervención.
Fruto de las detenciones, se pudo averiguar, que la madre del líder era la encargada de guardar el dinero producto de la venta de estupefacientes en su domicilio, conocedora presuntamente de la actividad ilícita llevada a cabo por su hijo.
De los seis detenidos, tres varones y tres mujeres, de nacionalidades española y dominicana, de edades comprendidas entre los 33 y 56 años, con antecedentes previos, cuatro de ellos fueron puestos a disposición del Juzgado de Instrucción de Guardia de la misma localidad, ingresando tres de ellos en prisión por estos hechos.