Cristina Morales, la reportera que abandonó su cámara para patrullar las calles de Vallecas
Cristina Morales siempre, desde niña, lo tuvo claro, iba a ser periodista. Y lo fue. Se licenció, hizo un máster y encontró un hueco en televisión como reportera de 091: Alerta Policía. Hasta que a los dos años dejó de tenerlo claro, abandonó la profesión y opositó a la Policía Nacional. Hoy, tres años después, sale vestida con el uniforme de la comisaría de Puente de Vallecas, en Madrid, y es protagonista del programa en que trabajaba. El cierre del círculo.
«Fue un momento difícil porque has invertido mucho en la carrera y en el máster, trabajas en la tele y piensas que lo vas a dejar todo por una cosa que no has probado y no sabes si te gusta», explica esta agente. ¿Por qué hacerlo entonces? «Me tenía que quitar la espinita, cuando salí a grabar el primer año vi lo que era el verdadero trabajo policial y decidí opositar».
Dejó Madrid, volvió a casa de sus padres en Valencia y pasó tres años estudiando para entrar en el cuerpo. En ese período suspendió una vez por las pruebas físicas, encadenó trabajos temporales de atención al cliente en un museo y de dependienta en El Corte Inglés para pagarse la academia y a la segunda oportunidad aprobó.
«Tuve muchas dudas porque el proceso es largo y difícil, cualquier persona sensata dudaría. Hay momentos de mucha motivación, pero también algunos de desesperación porque crees que no te lo vas a sacar en la vida, sólo te mantiene con vida la ilusión», explica ahora en el interior de la comisaria como agente de policía y protagonista de 091: Alerta Policía, producido por Secuoya Studios, que este sábado estrena su quinta temporada en DMax (22.00 h.).
Son ya seis meses los que Cristina Morales lleva de prácticas en esta comisaría de Vallecas. «Bien movidito para empezar», bromea sobre su destino en la zona sur de Madrid, un sitio que ya conocía bien de su etapa de reportera. Pero, ¿cómo es ese proceso de tres años hasta llegar a este momento? ¿Se tiene una sensación de fracaso cuando se deja la televisión para buscar un trabajo al que no sabes si vas a llegar?
«No es un fracaso real porque tú estás hipotecando tu vida para conseguir algo mejor a largo plazo, pero hoy en día tampoco estamos acostumbrados a las ganancias a largo plazo. La sensación es de no saber qué estás haciendo, estudiando algo que no es lo tuyo para algo que quizás nunca llega. Es un momento en que tienes que pensar muy profundamente en ti y ser paciente», detalla.
Ella llegó al final, pero no con la euforia que esperaba. «Me pasó algo que nos pasa a muchos opositores cuando aprobamos. Tú te imaginas un momento de euforia, de felicidad arrolladora y en realidad te quedas en shock. De hecho, los meses siguientes no me creía que había aprobado y es ahora cuando empiezo a disfrutar».
Y, así en medio de ese disfrute, le llega la gran pregunta: ¿por qué se esfumó su vocación de periodista? «Siempre he sabido que era muy difícil, pero una vez dentro pude haber seguido. Pero todo era muy temporal, yo tenía la idea de que podía trabajar de una forma y la profesión te hace darte cuenta de que una cosa es lo que has estudiado y otra cómo se lleva a cabo en la vida real».
La palabra, aunque no la enuncia, es decepción. Que se unió al miedo del inicio en la Policía. «Tenía una imagen del trabajo policial, pero al no vivirlo no sabía si me iba a gustar. Tenía el miedo de haber idealizado esto y me quité presión diciéndome que nadie tiene una varita mágica y hay que probar para darse cuenta», explica esta valenciana con familiares en el cuerpo.
Cuando ella dijo que iba a seguir sus pasos, la reacción en su casa fue de sorpresa. «Yo siempre había sido una persona que tenía muy claro que quería ser periodista desde pequeña y es raro llegar un día y decir que quieres cambiar. Aunque esto no es sólo a raíz de un día, es un pensamiento que te acompaña muchas veces y que un día confías en que puedes intentar».
Finalmente lo hizo y le salió bien, quizás debiera haber seguido antes los consejos que le daban sus familiares policías de que probara con este oficio. «Siendo sincera yo en ese momento no me acababa de ver, quizás por desconocimiento, porque tienes una idea y una imagen de lo que ves en los medios y yo no acababa de verme. Estar en el programa me dio la oportunidad de conocer más a la persona detrás del uniforme, empatizar y pensar que yo podría ser como ellos».
De hecho, ahora mismo, aunque aún en prácticas lo es. Ha pasado de ponerse detrás de las cámaras durante una patrulla nocturna en la zona sur de Madrid a ser parte de ella y protagonista de la acción. «Ahora recuerdo cuando me decían que había cosas que no se podían hacer y yo desde mi libertad creativa quería más. Desde este lado entiendo que hay cosas que no pueden salir porque les das ventaja a los criminales».
Aún así se muestra de defensora de este tipo de programas de televisión que se empotran con patrullas de policía para conocer a fondo su trabajo. «El concepto televisivo está muy reñido con el otro lado y el límite es complicado, pero al final es enriquecedor por ambas partes. Mucha gente se piensa que todo está guionizado en la tele, pero esto es salir y lo que surja es difícil encontrar algo más parecido a la realidad».
Cristina, ahora, como policía, está «contenta» aunque la comunicación aún acecha. «Esto me hace feliz, pero la comunicación me va a acompañar siempre aquí o de charcutera porque es algo que llevo dentro».
Y se va a patrullar
Por El Mundo