- La organización administraba los servicios y se encargaba de distribuir el dinero a las víctimas, teniendo así un control total sobre la clientela y del dinero obtenido de dicha práctica
- Entre sus víctimas, captaban menores de edad especialmente vulnerables que habían sufrido abusos sexuales con anterioridad
- Uno de los cabecillas utilizaba desde su teléfono móvil un grupo de mensajería instantánea denominado «lo pequeño se hace grande» para tratar de convencer a las víctimas para ejercer la prostitución
Agentes de la Policía Nacional de la localidad de Alcoy han detenido a tres personas por delitos de proxenetismo, corrupción de menores y falsedad documental.
La trama criminal se destapó cuando una menor denunció los hechos. Todo comenzó cuando la víctima, en edad adolescente, manifestó a una amistad que quería ganar dinero para independizarse económicamente de sus padres. Dicha persona le dijo que podría trabajar en la tienda de ropa de unos amigos y le puso en contacto con su jefe concertando una cita.
Al día siguiente una pareja recogió en coche a la menor y la llevaron hasta unos apartamentos, allí se encontraba la persona que la puso en contacto y la pareja de esta, ambos vistiendo únicamente ropa interior.
Tras entrevistarse con ella, le informaron que no había ninguna tienda de ropa, que allí se ejercía la prostitución y si accedía ganaría mucho dinero. La menor, que había sido engañada, se negó en todo momento a ello, pese a las insistencias de los allí presentes. Finalmente le ofrecieron grandes cantidades de dinero si captaba a amigas suyas para prostituirse y vender tarjetas de visita con imágenes de mujeres desnudas en posturas explícitamente sexuales necesarias para poder acceder a los servicios de prostitución, a lo que sí accedió.
Gracias a la denuncia de esta menor se pudo destapar una red clandestina de prostitución.
La menor había sido captada por una red clandestina que se dedicaba a captar a personas mayores y menores de edad para prostituirse, en algunos casos se trataba de menores que habían sufrido abusos sexuales con anterioridad, teniendo la organización total conocimiento de la minoría de edad y del estado de vulnerabilidad de sus víctimas.
El grupo criminal llevaba un control de los servicios y se encargaba de distribuir el dinero a las víctimas, teniendo así un control total sobre la clientela y del dinero obtenido de dicha práctica, quedándose con el 40% de los beneficios y ofreciendo un 10% a la persona captadora. El restante era para las víctimas.
Uno de los cabecillas utilizaba desde su teléfono móvil un grupo de mensajería instantánea y entre los contactos agregados habían menores de edad que trataba de convencerlos para ejercer la prostitución.
Las víctimas eran obligadas a publicar fotografías de carácter sexual en una página web para captar clientes.
Para llevar a la práctica las actividades sexuales, los miembros de la organización alquilaban habitaciones de apartamentos, para ello utilizaban nombres falsos para ocultar sus verdaderas identidades y dificultar la labor policial.
Si bien la prostitución no es ilegal en España, ejercerla y que terceros se beneficien de ello sí lo es, produciéndose en ese caso un delito de proxenetismo, incurriendo además en otros delitos cuando la víctima es menor. Por todo ello y dado que en todo momento los detenidos tenían conocimiento de que algunas de las víctimas eran menores de edad, se procedió a su detención por delitos de proxenetismo, corrupción de menores y falsedad documental.
Los detenidos, de nacionalidad rumana y española, de entre 20 y 27 años de edad, uno de ellos con antecedentes por delitos violentos, fueron puestos a disposición del Juzgado de Instrucción de Guardia de la localidad de Alcoy que decretó prisión preventiva para todos ellos.
La investigación ha sido llevada a cabo por el grupo de Policía Judicial de la Comisaría Local de Alcoy.