Va usted a visitar una ciudad con tres mil años de historia a sus espaldas. Para comprenderla mejor, no debe conocer tan sólo su realidad actual, sino también su pasado, así podrá profundizar un poco más en la idiosincrasia de esta ciudad y sus habitantes.
Los primeros núcleos habitados se localizaron en las laderas del monte Benacantil, ocupado hoy por el castillo de Santa Bárbara, que reunía condiciones privilegiadas por su proximidad al mar y altitud para un asentamiento seguro; aunque no se ha conservado vestigio alguno, seguramente hubo allí un poblado ibero. Otro foco estuvo en la zona de Benalúa donde se alzó una ciudad romana llamada Lucentum, que es el antecedente más inmediato de la urbe que hoy conocemos. También se han localizado poblamientos de la misma época en la Albufereta y Serra Grossa.
Con la llegada de los musulmanes se comenzó a conformar la actual ciudad al amparo del castillo. El que después sería Alfonso X el Sabio la conquistó en 1246 para la corona de Castilla. Fue en 1308 cuando Jaime I la incorporó al Reino de Valencia. En 1490 Fernando el Católico le otorgó el título de Ciudad.
Cien años después era el puerto natural de Castilla, lo que propició un activo comercio marítimo, merced al cual registró un gran florecimiento económico y un auge demográfico considerable que la llevaron a ser la tercera ciudad mercantil de España. No fue ajena a los avatares bélicos que han sacudido nuestras tierras a lo largo de su historia y, por su posición costera, todos los embates le llegaron por el mar.
Conquista cristiana
La conquista cristiana se hizo a través de tratados.
El gobernante de la Taifa de Murcia, a la que pertenecía Alicante, se puso bajo el protectorado del Reino de Castilla en 1243.
Al estar poblado mayoritariamente por árabes, los habitantes de Alicante se rebelaron.
Por ese motivo las tropas castellanas tomaron la ciudad militarmente el 4 de diciembre de 1248.
Reino de Aragón
La soberanía castellana duró hasta 1296, cuando pasó a manos del Reino de Aragón, gobernado por el rey Jaime II.
En 1691, durante el reinado de Carlos II, la armada francesa la bombardeó durante siete días consecutivos. Sin casi tiempo para recuperarse, la ciudad se vió inmersa en la guerra de Sucesión. Tomó el bando de los borbones y sufrió la voladura de las defensas del castillo de Santa Bárbara por parte de los ingleses. Durante la guerra de la Independencia fue capital provisional del Reino al estar ocupada Valencia por el mariscal Suchet.
En el siglo XVIII inició su recuperación tras los desastres de las guerras. Pero fue en el XIX cuando Alicante comenzó el definitivo despegue. Con la llegada del ferrocarril (1858) su conexión con el centro de la Península aseguró la importancia portuaria que siempre le ha conferido un aire cosmopolita al estar la ciudad al borde mismo del mar y, por tanto, de los muelles.
Guerra Civil
A finales del siglo XIX se empezó a gestar la semilla republicana en la ciudad.
Cuando años más tarde estalló la Guerra Civil, Alicante estaba posicionado en el bando republicano desde el principio.
El 20 de noviembre de 1936 fue fusilado en la ciudad el dirigente falangista José Antonio Primo de Rivera.
El bando sublevado tomó la represalia unos días después, con un bombardeo de 8 horas. A éste siguieron muchos más, en total 71 bombardeos azolaron Alicante entre 1936 y 1939.
Actualidad
Con el fin de la guerra y la llegada de la democracia se ha vivido un auge económico y urbanístico, sobre todo debido al impulso del turismo.
Hoy Alicante es la segunda población de la Comunidad Valenciana, con 334 887 habitantes (INE, 2019) y el undécimo del país.
Ciudad portuaria, está situada en la costa mediterránea .
Es sede de organismos como la Oficina de Propriedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO), Casa Mediterráneo o de la Consejería de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital de la Generalidad Valenciana. Cuenta con un importante puerto mediterráneo y su aeropuerto, ubicado en sus alrededores, es el quinto de España en número de pasajeros.