Esta pionera, que entró en el cuerpo en 1981, ha fallecido a los 59 años a causa de una enfermedad
En diciembre de 1980 se presentaron a las pruebas físicas para entrar en los Bombers de Palma trescientos hombres y una mujer. «Me llamo Magdalena Rigo y tengo diecinueve años», declaraba a DIARIO de MALLORCA. «No creo que la de bombero sea una profesión dura para la mujer. Considero que cualquiera puede adaptarse a la tarea si de verdad se lo propone». Con esta naturalidad superó las mismas pruebas que los hombres y en 1981 se convirtió en la primera bombera profesional de España. Magdalena Rigo ha fallecido a los 59 años en Son Espases, donde había ingresado tras sufrir un derrame cerebral el día anterior en Son Servera, donde residía.
Fue la primera bombera de Palma y durante muchos años, la única. Tuvo que esperar hasta 1998 para que entrara en el cuerpo otra mujer. Durante este tiempo tuvo que afrontar algunas actitudes machistas en un ámbito esencialmente masculino. Algunos de sus compañeros recordaban que nunca se amilanó, y que respondía con fuerza, a veces con demasiada fuerza, a algunos de estos comentarios.
«Era una mujer valiente y una gran profesional. Yo tenía confianza plena, y con ella me hubiera ido a cualquier servicio», comenta un bombero que compartió muchos años de trabajo con ella. «También era muy divertida, muy sociable y tenía muchos amigos en el cuerpo».
En enero de 2003 un camión de bomberos que acudía a toda velocidad a extinguir un incendio colisionó con una furgoneta en el Polígono de Son Castelló. El vehículo, cargado con toneladas de agua, volcó y Magdalena sufrió graves lesiones en una pierna que le dejaron secuelas y la obligaron a retirarse prematuramente. Pero siguió muy vinculada al cuerpo de Bombers. De hecho, estaba casada con uno de ellos.
Residía en Son Servera desde hace años, donde era muy conocida. El pasado miércoles, cuando se encontraba en una tienda de la localidad, sufrió un derrame cerebral y quedó en coma. Fue trasladada a Son Espases, donde falleció. La noticia causó una gran consternación en el cuerpo.
En una entrevista en 2016 le preguntaron si alguna vez se planteó dejar su trabajo. «Si lo hubiera dejado habría sido como rendirse y aceptar que las mujeres no servían para aquello. Y yo para eso soy muy testaruda».